Piedra y Acero

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Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.

6 de noviembre de 2011

Epifanía demoledora






Estoy dejando de fumar. El otro día, al apagar el cigarrillo, dibujé una cruz de ceniza y... tuve una revelación: “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Entendí por qué no habíamos tenido hijos, Javier y yo. Llevamos once años casados y lo hemos intentado todo, excepto echar un polvo. Siempre hacemos el amor, nos queremos demasiado.


(Petra Acero, 05/11/2011)

5 comentarios:

  1. La mente es algo acojonante. Que vulgaridad acabo de lanzar.Cuántos lugares comunes utilizamos sin darnos cuenta. Es verdad que nos sirven para comunicarnos, para entendernos o al menos para intuir de qué estamos hablando. Pero nada más lejos de la realidad: la misma cosa nunca es la misma y jamás la hacemos de la misma manera... Tu acero te protege y el mio hiere; mi piedra me defiende y la tuya golpea, machaca, persiste...
    El precio de los instantes nunca es el mismo, ni es para todos igual. Me gustaría dejar de fumar, pero ya he pagado mi viaje.
    Desde la atalaya del placer, con el mar embravecido a los pies, mi acero contra el viento...y un cigarrillo, tal vez.

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  2. ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! (sonido de aplausos) Mariscal de Torre Rubia, es usted un poeta. Me imagino que siempre lo habrá sido: la poesía nace, crece y muere con nosotros, pero no se aprende.
    Lleva ya dos palabrotas en mi blog... se las permito: cualquier sinónimo no diría lo mismo. Preciosa su lírica... A propósito: ¿qué le parece el microrrelato? Si tan solo es el causante de tal reflexión, ya ha servido para algo bello.
    Y ojalá el viento que embravece ese mar isleño y acaricia su atalaya, tenga "a bien" apagar su cigarrillo... por "su bien".

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  3. Una chica con esa agudeza no puede dudar del sentimiento. Los sentimientos que me despiertan sus relatos son mis comentarios a los mismos. Hay alimentos que deleitan, que se saborean, otros que son simplemente necesarios. Los eructos suelen ser espontáneos y signo de buena comida; aunque algunos son provocados para agradecer el alimento o simplemente para quedar bien. Siga usted alimentando mentes y corazones, que lo hace muy bien. Yo, por mi parte, le devolveré un "eructo literario"; espero que de buen "aliento". (los viejos nos volvemos insoportables; al menos eso he escuchado decir de mi a mis jóvenes fámulas)

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  4. Por cierto, lo de la onomatopeya del aplauso (que por otro lado agradezco) suena a líquido pegajoso derramándose a intervalos muy cortos desde cierta altura. Pueden ser también chanclas de plástico pisando el mismo líquido derramado. Vamos, que hay que estar agradecidos al paréntesis. Ah!, cuánto hay que agradecerles a los paréntesis (de joven no los tenía en cuenta; ahora me son imprescindibles). Bueno, ya se sabe, a mi edad..............

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  5. Mariscal, me está malacostumbrando. ¿Qué deberé hacer el día que ansiosa haga correr el ratón por su alfombrilla, en busca de "mi mariscal", sobre los comentarios del blog y desalentado, el animal informático, no tropiece con ninguno?
    Gracias por premiarnos con su elocuente presencia. No nos abandone por nuevos feudos.

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