Piedra y Acero

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Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.

23 de octubre de 2014

En los Andes

Ilustración de Mercedes Daza

Hacía frío y olía… raro, como cuando de pequeña se escondía en la despensa de la abuela. Trató de abrir los ojos. Trató de retirarse el pelo de la cara, de restregarse los parpados, pero tenía los nudillos congelados, o eran los brazos... Trató de gritar: “¡Dios mío, estoy ciega!”. Pensó en ese Dios mío misericordioso, benévolo, auxiliador; ese Dios mío del que tantas veces le hablaba la abuela… Su abuela era una mujer extraña, no se parecía a ninguna otra abuela. Su abuela predecía los relámpagos y los truenos, el nacimiento y la muerte del ganado. Su abuela curaba la tos, las picaduras de abejas y avispas, el mal de ojo… Su abuela era como “Dios”. 
Nada, no veía nada. Dejó de sentir frío... Oyó voces. ¡Más supervivientes! Se acercaban. Quiso gritar: “¡A-quí… So-co-rroo… ¡Socorrooo! Estoy aquí”. Lo último que pensó, antes de dejar de pensar, fue que su abuela llevaba razón, que “Mientras hay vida, hay esperanza”... Algunos supervivientes se acercaban hambrientos.

Amparo Martínez Alonso (23/10/2014)

...EN ESA PELÍCULA DE LOS 70. Tema realmente creativo, como la ilustración de Mercedes, sobre el que deben versar los micros de octubre de ESTA NOCHE TE CUENTO. En este enlace podéis leer la gran cantidad de historias "tuneadas" que están surgiendo.