Piedra y Acero

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Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.

19 de noviembre de 2011

Acero fundido



ACERO FUNDIDO (por Petra Acero)

A veces, el trabajo lo hacen otros. Otros a los que únicamente tienes que mirar, leer, para aprender, para disfrutar, para pensar, para vivir otras vidas. Ese acero fundido enriquecido, tratado, trabajado con maestría para mejorar sus propiedades físico-químicas (textos que el lector convierte en palabras, ideas y sentimientos. Pensamientos que surgieron como tales, y el escritor plasmó en letras, en texto…). Un circuito de comunicación inagotable. El acero es un material dúctil, maleable, tenaz, suelda con facilidad, buen conductor eléctrico, imán permanente, incombustible,… Como un buen libro leído. Ya no hay quien lo pare, aunque lo queme.

Este mes he leído tres libros que os recomiendo. La lectura, en mi caso, es una liberación, un descubrimiento continuo. Me gusta experimentar situaciones y encuentros distintos. Los disfruto más al cambiar de registro, tono, estilo. Pienso que se valora mejor cada cualidad, cada singularidad. Como en pintura el amarillo y el azul, o el verde y el rojo: se potencian, resaltan, vibran; se complementan, adquieren fuerza mutuamente, uno al lado del otro.
Si aguantáis el suspense continuo, hasta que la novela termina, incluso más allá. Si os estimula y disfrutáis con la tensión despuntando entre párrafo y párrafo, y deseáis que en cada capítulo se abra otra incógnita o duda. Si os gusta mantener la respiración para no perder el detalle necesario que pensáis va a dar, en cualquier momento, Henry James en su Otra vuelta de tuerca, os aconsejo devoréis lo que empieza así:

“La historia nos había mantenido alrededor del fuego casi sin respirar, y salvo el gratuito comentario de que era espantosa, como debe serlo toda narración contada en vísperas de Navidad en un viejo caserón, no recuerdo que se pronunciara una palabra hasta que alguien tuvo la ocurrencia de decir que era el único caso que él conocía en que la visión la hubiera tenido un niño”.
“Si un niño da la sensación de otra vuelta de tuerca, ¿qué pensarían ustedes de dos niños?
¡Pensaríamos que son dos vueltas, por supuesto! exclamó alguien.Y también que queremos conocer la historia”.

Leed esta novela corta o nouvelle, y ya me diréis.


El perseguidor, de Julio Cortázar, tenía que llevarme a otro mundo. A otro laberinto distinto: la vida de un genio. Al mundo del éxito y del fracaso, de la fama y del olvido. Del arte y del artista (sobre todo del artista: del hombre con sus virtudes y miserias). Un mundo real y crudo, tierno y sensible. El escenario idóneo donde distribuir personajes con alma. Nada es comedido: la amistad, la droga, el sexo, las relaciones, los abandonos,… Un mundo de contradicciones, con corazón. Donde Cortázar narra penas y glorias, vida y muerte, causa y efecto (pura filosofía),… tan artísticamente que te olvidas de él (aunque parezca contradictorio: cuando alguien escribe bien, olvidas al escritor mientras disfrutas de su obra). Consigue sumergirte en la historia, en los personajes, de tal forma que parece dibujártelos. Al terminar el relato crees haberlo visto proyectado en imágenes. Sientes que te has movido entre ellos; que has olido, visto, tocado su piel, que has respirado su aire. Una forma de escribir que parece fluir sin artificio, sin trabajo; que el teclado cuenta lo que ya sabe. Y sin embargo dice cosas como:

“Dédée está envejecida, y el vestido rojo le queda muy mal; es un vestido para el trabajo, para las luces de la escena; en esa pieza del hotel se convierte en una especie de coágulo repugnante.
—El compañero Bruno es fiel como el mal aliento —ha dicho Johnny a manera de saludo, remontando las rodillas hasta apoyar en ellas el mentón”.
“Creo que lo más irritante era la lamparilla con su ojo arrancado colgando del hilo sucio de moscas. Después de mirarla una o dos veces, y ponerme la mano como pantalla, le he preguntado a Dédée si no podíamos apagar la lamparilla y arreglarnos con la luz de la ventana. Johnny seguía mis palabras y mis gestos con gran atención distraída. (…) en lo que quedaba, una mezcla de gris y negro, nos hemos reconocido mejor”.

No pararía de reseñar citas. Espero que aquellos que todavía no lo hayáis leído, lo descubráis. El resto lo podéis volver a ojear y disfrutar. Este libro lo componen tres relatos más: Los buenos servicios, Las babas del diablo y Autopista hacia el sur. “Cada uno es cada cual”. Elegid vosotros, si podéis.


Parientes pobres del diablo. El tercer libro, también de relatos, como el de Cortázar, es de Cristina Fernández Cubas.
La autora consigue ese alejamiento que te permite atravesar la narración. El distanciamiento que solo los grandes escritores consiguen en favor del lector. Personajes cotidianos y únicos. Cercanos e inalcanzables. Historias que te seducen desde las primeras líneas.

“Raúl abrió la puerta. Llevaba corbata negra y el traje oscuro le quedaba estrecho.
—Estás como siempre —dijo con toda amabilidad del mundo.
—También tú —contesté obligada.
Tenía el cabello blanco y los ojos hinchados. No le hubiera reconocido por la calle”.
“No dijo nada. Durante un buen rato. Permaneció en silencio mirando las colillas y yo, de nuevo, me refugié en Maricastaña. ¿Quién era esa señora? ¿A qué tiempos se refería el dicho? O mejor, ¿en qué época se acudió a Maricastaña para aludir a tiempos imprecisos y remotos? Además, ¿era Maricastaña o María Castaña? Un simple truco para mantener la mente ocupada. Una defensa”.
“Todo empezó en Méjico D.F., una mañana plomiza y densa en la que la propia respiración se hacía insoportable. En realidad yo no tenía por qué encontrarme allí”.
“continué callejeando sin rumbo… Y de pronto lo vi. ¡El diablo!”.

Seguro que os ha inquietado la voz de Cristina F. Cubas en estas citas de Parientes pobres del diablo. La fiebre azul y El moscardón son los otros dos relatos de este libro. Tres historias, originales, que derrochan realismo. Tres narraciones que la autora hace cercanas, por su verosimilitud dentro de lo sorprendente del tema o la trama. No lo dudéis, leed a esta cuentista formidable. Os quedaréis con ganas de más.

¡Espero vuestros comentarios!




4 comentarios:

  1. aja!! eran estos libros, y me has tenido en un estado de estrés y ansiedad todos estos días!jeje

    y esto es cierto: "aunque parezca contradictorio: cuando alguien escribe bien, olvidas al escritor mientras disfrutas de su obra".

    Bueno yo creo que ya he cogido nota!jeje.

    Akaki

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  2. ¿Cómo sabes que me refiero a tí? Menudo escritor engreído estás hecho:) Pues a ver cuándo escribes tu primera novela...

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  3. Gracias por las recomendaciones. Las tendré en cuenta para próximas lecturas :). Tienes toda la razón, con esos comienzos ¿quién puede abstenerse?

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  4. Me alegra volverte a "ver" por aquí: te echaba de menos.

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