Piedra y Acero

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Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.

23 de enero de 2012

La bombonera


Nunca contuvo dulce alguno, ni desempeñó la función que le correspondía. Siempre vacía, sin nada dentro. Hueca, coqueta y vulgar. Contrastando con el sobrio aparador de líneas rectas y formas angulosas que la acogió desde su llegada. Los polos opuestos se atraen o se dan de hostias. Menudo regalo tan ridículo. ¡Una bombonera cursi y emperifollada! De formas ostentosas, entrelazadas con un cordón naif, que más que unir estrangulaba. Llamativo envoltorio de imitación; pequeña panzuda en permanente ayuno. Desproporcionada boca, hambrienta de deseos, cubierta por un cristal tallado que transparentaba la nada, el vacío.

Recuerdo que en un primer momento me fascinó; me pareció extravagante, provocadora y atrevida. Lo poco convencional del regalo me atrajo; llamaron mi atención sus formas ingenuas y redondeadas. Animó mi aburrida normalidad asfixiante. Quise quedármela desde el principio. Poseerla como único coleccionista. Su maleable oro y el precoz arcoíris de su belleza despertaron mi juvenil deseo de antaño, mi rebeldía contra lo correcto, lo formal. La bombonera dorada adornó mi salón… y mi dormitorio.

Relucía entre mis manos, iluminaba mi entorno con sugestiva atracción primitiva, insinuante e infantil. Procuré enriquecer los quilates de su baño, tratándola como metal macizo; pretendí pulir su tapadera para que resplandecía envidiable, cual cristal de bohemia auténtico. Tras la sorpresa llegó la aceptación por parte de familiares y amigos.

¿Cuándo dejé de limpiarle el polvo y sacarle brillo?
Cuando descubrí su obstinada falsificación innata.

La bombonera, la lechera, la sopera, suenan a pasadas de moda. Objetos empecinados en mantener cómodos clichés inútiles, sin futuro. ¡Todo cambia tan deprisa! Todo es reemplazable. Cada día aparecen adornos con diseños novedosos, tentadores. Nadie usa, hoy en día, una lechera o una bombonera.

Durante los excesos del verano pasado, alguien utilizó su tapa transparente como cenicero, para después abandonarla entre la tierra cuidadosamente abonada de los pensamientos del vecino.
Arruinó su función estética y terminó con mi paciencia. Me negué a restaurarla, la arrinconé y, poco a poco, dejé de limpiarla y abrillantarla. Resultó tener un baño de oro tan bajo como su brillo y su procedencia. ¡Una falsificación, cada día más evidente coronando mi lujoso mueble!

Tal vez ahora, sin plumero ni gamuza a su disposición, cobije algún nido de arañas. Una bombonera oxidada: una bomba a punto de estallar, pero al fin llena.


(Petra Acero. 23/01/2012)


13 comentarios:

  1. Hola Petra, buen relato.
    Hay muchas "bomboneras" en nuestras vidas y, desgraciadamente muchas de ellas no se llenarán nunca. Algunos ilusos aguardan a "llenarlas" mejores momentos de su vida (o eso creen ellos) sin percatarse que su mejor momento es el presente. Piensan que tienen todo bajo control, que son dueños y señores de su destino y como dice "Chambao" en su canción: .........que te lo has creido tú..........
    Da igual como sea la "bombonera", de que esté fabricada, sea original o una burda imitación, ............ el caso es que hay "bomboneras" de el mejor oro "vacías" y por el contrario otras de hojalata oxidada que rebosan vida.

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  2. Eres un filósofo, Monte Orbea.
    Llevas toda la razón: ¡el tiempo, siempre el tiempo!...
    Hoy hago lo que quiero. Hoy lloro, río, hablo con mi gente, sueño, escribo un relato, ...
    Hoy no quiero dejar nada para mañana.
    Un abrazo.

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  3. Hola Petra! Insistes en hacernos pensar y reflexionar.
    Cuantas veces nos dejamos llevar por lo efímero ( lo superficial, las apariencias). A tu protagonista le fascinó la bombonera solo por su aspecto; pero cuando se acostumbró a ella, DEJÓ DE VERLA porque en realidad no había nada "dentro".
    A veces nos damos cuenta tarde de que la bombonera está vacía, o no queremos darnos cuenta, o nos empeñamos en "llenarla"", o yo qué sé...
    Mira que somos complicados los humanos!. Bueno, unos más que otro
    Te deseo TODO LO MEJOR para esta semana

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  4. Hola Gallinita. A veces nos cuesta concentrarnos fuera de nuestros problemas. Ahora solo tengo UNO.
    Gracias por tus palabras.
    A lo mejor a la semana que viene... Todo cambia de un día para otro. Eso puede ser fenomenal.
    Un abrazo.

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  5. Cuando vi el título y según leía me acordé de la película de Forrest Gump: "Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar", y creo que esa cita ha influido para entender el relato a mi manera en una mezcla extraña, y que por supuesto me la guardo para mi solo, jeje.

    Un saludo
    (te vigilo con el ojo del cogote...)

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  6. Acabo de pasar, de noche en el tranvia, y he visto su nuevo luminoso. Me gusta. Con más tiempo, me hago el propósito de ofrecerle un comentario sobre el relato y sobre el nuevo "marco". Ya me aleja la marcha incorregible y prefijada de la máquina, hasta la proxima pasada. Siento haber apagado mi cigarro en aquello, si hubiera sabido que era la tapa de su bombonera...

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  7. Hola, don Melanio. Un poco golfillo nos está resultando utilizando esa metáfora. Espero que referente al nuevo formato le resulte más enriquecedor y comunicativo. Puede conocer más de otras "fundiciones", a gente perseverante que visita esta "cantera" (usted puede ser uno de ellos si lo desea), el número de visitas,... incluso puede acceder a internet directamente desde la fundición. Aunque siempre se puede mejorar.
    Un saludo, mariscal. Siempre bienvenido.

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  8. Buenas tardes, Petra Acero. En primer lugar, el cambio formal de su blog ha sido una buena elección. El hecho de que aparezca en primer lugar el último relato, los colores adecuados para la vista, etc. En cuanto al presente relato, me ha gustado mucho. Después de leerlo y los correspondientes comentarios, me doy cuenta de que puede tener muy variopintas interpretaciones. La primera impresión que he tenido es que era un símil para describir a una persona muy superficial. Pero, a medida que leía, me ha parecido que la bombonera significa algo más abstracto. ¿De qué sirve tener una caja vacía, un diario en blanco, un álbum sin fotos, un armario sin ropa, o una bonita casa si nadie te visita? Vale más el contenido que el continente, lo humano que lo material, la vida que tachar los días del calendario... Seguramente el sentido sea otro, pero así lo he entendido.

    ¡Un abrazo!

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  9. Qué grata sorpresa tenerte otra vez por aquí. Siempre es de agradecer leer tus comentarios, que más que palabras son poesía. Espero que, con el nuevo formato del blog, tengáis más opciones y posibilidades de uso los seguidores,: esta "gente perseverante" que estáis ahí.

    Un beso.

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  10. HE leido el comentario de MONTE ORBEA ,me identifico con el

    hay muchas "bomboneras" que nos desfraudan.

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    1. Totalmente de acuerdo.
      Justamente de eso va el relato. La imagen, las apariencias a veces nos deslumbran, nos engañan: nos ocultan el vacío interior. Por eso es importante rodearse de gente "llena", que te enriquezca y te haga feliz, que no sea solo fachada.
      Un abrazo, Apicultora.

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  11. Yo quisiera una bombonera, pero llena de bombones, es que no duran nada!!!
    Cuando viste una bombonera modesta? Nunca, son todas unas pretenciosas, ostentosas, y si tienen forma de corazón, peor!!!

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    1. Me encanta tu sentido del humor, Adriana.
      Estoy de acuerdo contigo.

      Un saludo grande!

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