Piedra y Acero

Mi foto
Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.

16 de febrero de 2012

El tiempo lo cura todo


El tiempo lo borra todo, pero yo no quiero olvidar. Que no se me olvide poner la lavadora. He metido la camisa azul ultramar tormentoso (¡hay que joderse con el nombrecito!). Seguro que destiñe, diga lo que diga la dependienta del piercing y los tatuajes. Sigo llevando nuestras iniciales en mi muñeca. No las ha borrado el tiempo ni la cuchilla de afeitar. ¿Para qué le preguntaré, si no me entero de sus explicaciones? Me hipnotiza con la bolita metálica de su lengua. Me entretengo pensando si le dolerá, se le enganchará entre los dientes o será capaz de vocalizar sin sisear…Sé lo que piensas. No, ya no me da grima. Gesticulo demasiado, eso sí, para contrarrestar su mutilación, supongo. Parezco imbécil. Como aquellas tardes que me hacías vocalizar, mientras tú practicabas delante del espejo. Dos mimos expulsados del enrarecido círculo adulto. ¿Quién quiere olvidarte? Los parásitos que engordaron con tu fama, e incomodaste con tu muerte. 

¡Ay, ay…! ¡Menuda hostia! Es peligrosísimo ir en bici por Madrid. No estamos acostumbrados a los carriles especiales. En Barcelona hay más tradición e infraestructuras. ¿Por eso te fuiste a Barcelona, para montar en bici con tu compañera de reparto? ¡Ojalá te mueras! ¡Vaya follón! ¡Y no se retira del carril! ¡Si, si, explícale que es una vía especial para bicicletas, en medio de la acera! ¡Hostias, qué empujón! ¡Joder con la señora! ¿Qué te estaba diciendo? Estoy mucho más centrada. Víctor, te he hablado de Víctor, ¿recuerdas?, asegura que pronto me retirará la medicación. Le digo que converso menos contigo, que el tiempo lo cura todo.
¡Cómo nos reíamos de la atracción que mi madre sentía por las ventanas! ¡Las apuestas para acertar el tiempo que pasaba mirando la calle, mientras escuchaba la tele de fondo! Pues tendrías que contabilizar, ahora, el mío. ¿Cómo has dicho? Más patético es hablar contigo. ¡Mira quién baja del taxi! El de la serie ésta… ¿Cómo se llama? ¡Ayúdame, porfa!... Este chico guapísimo, que siempre hace de bueno… Es más bajito en persona; y más flacucho. ¿Cómo se llama? ¡Qué rabia olvidar los nombres! ¡Nada, que no me acuerdo! Va a tener razón Víctor: el tiempo lo borra todo. 

No, yo nunca olvidaré tu muerte. Todavía se me eriza la piel al recordarla. Tenía nueve años, tú once, y éramos inseparables (no como ahora, que ni Dios debe saber por dónde andas). Fue una situación angustiosa. Recuerdo que me mordí las diez uñas. Mamá lloraba, la tuya se cubría su cara, poseída por artificiales tics controlados por segundero. A nuestros padres no se les veía por ningún lado, escondidos, espiando sin ser vistos. En algún momento me despisté buscando otras caras, porque cuando volví la atención al moribundo, o sea a ti, ya estabas con los ojos cerrados, tumbado en el suelo, y con un ademán de trapo abandonado… ¡Increíble! Fue tu primera muerte y la bordaste. El público, en pie, premió tu actuación con aplausos y vítores. Preámbulo de tu brillante carrera como actor, y bla, bla, bla… Hay cosas que ni el tiempo las borra. Lo que no recuerdo es si tía Almudena, tu santa madre, lloró tanto en el tanatorio, tras tu absurdo accidente. ¿Cuánto hace ya? ¿Tres, cuatro años; ayer? No estoy segura. Creo que estuvo más entera, fría y distante que en el treatro. Por cierto, que no se me olvide telefonear a tía Almudena, tu puñetera madre. El tiempo no lo cura todo.

(Petra Acero. 16/02/2012)

18 comentarios:

  1. Me gusta el remolino de ideas.
    Yo tampoco creo que el tiempo lo cure todo...
    Un buen juego de muertes.
    Nunca está dicho todo en tus relatos. Insinúas, dejas margen al lector.

    Te seguiré leyendo.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente el tiempo no cura según qué cosas, pero sí que ayuda a no sufrirlas tanto. El problema es no querer olvidar (como la protagonista), nos sentiríamos un poco culpables si lográramos romper ese vínculo que nos sigue manteniendo unidos a alguien, aunque para ello haya que seguir sufriendo.
    Me encanta que me "obligues" a releer tus relatos. Nunca son lo que parecen. Cuando termino, pienso que algún detalle se me ha escapado porque el final nunca es el que cabía esperar.
    Continúa derrochando ingenio e intriga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Gallinita.
      Me gusta tenerte "cerca" porque tus comentarios respiran serenidad. A veces pensamos que sobran las palabras, y no es así. Las palabras: la transmisión de ideas y sentimientos son importantes. Nos hacen reaccionar. Como emisores o receptores deberíamos cuidar el canal. Tú lo consigues: transmites paz.

      Gracias por estar ahí.

      Eliminar
  3. El tiempo lo cura todo.......... pero con el tiempo que hace últimamente..... y es que el tiempo está loco............ así que, qué coño va a curar........ primero que se cure él y luego ya veremos.
    PD. No esperes al Mariscal, ese está en plenos carnavales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El tiempo, la vida... ¿Qué cura qué?

      Por ahora: Saludos

      Eliminar
    2. Hola, Monte Orbea.
      El tiempo, el tiempo...
      ¡El tiempo es oro, y cómo lo dejamos pasar! Buena cosa es que pase... ¡Y tú que lo veas!

      Espero que estas últimas horas se te hayan pasado volando, soñando o sin soñar, pero al menos dormido, sin sentir manos ni instrumental ajeno. Aunque el tiempo no lo cure todo, con tiempo se puede prevenir...

      Saludos y buenos "resultados".

      Eliminar
  4. Hola, Petra.
    Me ha gustado tu relato. Aunque requiere concentración.

    ResponderEliminar
  5. El avanzar del tiempo nos hace olvidar detalles insignificantes, como el nombre de un actor, o poner la lavadora, como escribes en tu relato. En cuanto a los asuntos más importantes, más que olvidar, se suavizan, se difuminan...son como un eco, pero no se borran. Y menos cuando se trata de sentimientos tan profundos.

    ¡Un abrazo, Petra!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Chica de ayer.
      Estoy de acuerdo contigo,... y sobre todo si no se "desea" olvidar. Se convierte en una enfermedad. Todo debe respetar una medida, unos márgenes, cuando estos se rebasan: vienen las inundaciones. Cualquier exceso es malo.

      Saludosss

      Eliminar
  6. En la carrera veriginosa del tiempo, a uno se le caen causas, principios, razones y propósitos o, incluso, uno se desprende de la carga para ir más rápido o simplemente más liviano, sin ataduras, sin lastre. Pero el tiempo te los devuelve, te los arroja como la marea. No, el tiempo no olvida. Sólo olvida a aquellos que se olvidan del tiempo.
    En carnaval, nada es lo que parece; aunque algunas cosas, sólo en carnaval parecen lo que realmente son.
    Ya me pasa como a gallinita, que tengo que volver a releer; no logro alcararme con el parentesco. El relato, en general genial. Me encanta la imagen hipnótica del piercing.
    Es costumbre celebrar un baile de máscaras el lunes de carnaval, en el salón de mi cas. Ni que decir tiene, que está usted invitada, Doña Petra. Puede traer a sus asiduos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Don Melanio.
      Pensaba que este fin de semana, usted, no haría acto de presencia. Conozco sus famosas fiestas de Carnavales. Un honor su invitación.
      Estoy tan acostumbrada a enmascararme entre mis relatos y personajes, que cada "historia" del blog es un disfraz, un carnaval semanal. No sabría con cuál asistir a su fiesta... Tal vez con mi sonrisa de este comentario, para que me reconociera en un golpe de vista, sin que tuviera que "releerme".

      ¡Ah!, gracias por su adjetivo de "genial" ("El relato, en general genial. Me encanta la imagen hipnótica del piercing"), me consta que nos los prodiga.

      Un saludo, Mariscal.

      Eliminar
  7. Intenso,aunque me tendrás que explicar esas cosas escondidas de la historia. Yo creo que la señora Petra hace aposta eso de tener que releer nos el texto, está hecha de acero!jeje

    un saludo!

    ResponderEliminar
  8. "El tiempo lo cura todo", lo hemos escuchado mil veces. La autora da ese título al relato como si fuera una verdad irrevatible, pero su intención es otra. La protagonista del relato se cuestiona esa "verdad" desde el primer momento: "...pero yo no quiero olvidar". No puede ni quiere olvidar a esa persona con la que compartió sentimientos y vivencias. Ese no querer olvidar y aferrarse al pasado obstaculiza la capacidad curativa del tiempo. El tiempo cura con facilidad heridas provocadas por aquellos a quienes no amamos, esas heridas apenas dejan rastro en nuestras vidas. Sin embargo, el tiempo no lo cura todo cuando nos lo ocasionan quienes más amamos, sólo ayuda a que ese dolor punzante en el alma se vaya amortiguando y aprendamos a convivir con él.
    Por otra parte, decirle a la autora que me gusta cómo ha sabido reflejar ese mundo mental de la protagonista; todo lo que sabemos de ella lo conocemos a través de ese vaivén de pensamientos que circulan por su mente y que abarcan su vida cotidiana e intrascendente(poner la lavadora, la chica del piercing...),pero que también nos acercan a sus recuerdos vividos con aquel que hoy está ausente y nos transmite esos sentimientos de dolor, amor y rencor que son parte de su yo y que el tiempo no podrá borrar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Dios!!
      Amapola, ¿has escrito tú mi relato? ¿Quieres ser mi crítico literario?
      Me enorgullece, me acerca más a ti (si eso fuera posible), pero sobre todo me alegra comprobar que el mensaje que trataba de tranmitir entre estos textos, enredado en este cuento... llegua tan limpio, se recibe completo.
      Amapola has hecho una sinopsis excelente de la intencionalidad de la autora.

      Saludos.
      P.D. ¿Por qué te has quitado tu foto roja-pasión tan alegre y distintiva? Te favorecen las amapolas

      Eliminar
  9. Hola, como ves, entro, poco pero entro, espero que esta vez se quede,.........
    Yo también pienso que el tiempo , no lo cura todo. por que básicamente estamos hablando del Recuerdo, como impronta en la mente de las personas, lógicamente influyen muchos, factores, la edad, la intensidad, la característica, de dicho recuerdo, si es afectivo, emocional, simple, como nos afecta unos y a otros , el
    mismo acontecimiento, etce etce, tema para los Psicólogos.
    Al que te refieres en el articulo, no se olvida, nunca. besossss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Esperiega.
      Sí todos estamos de acuerdo... ¿Por qué el dicho?
      Hombre, no lo cura, lo acomoda, lo absorbe, lo asimila... desde ese punto de vista nos lo hace más llevadero, "lo cura" en cierto modo.

      Saludos.
      Gracias por entrar y comentar, Esperiega.

      Eliminar
  10. Tengo muchos recuerdos que ya no duelen tanto
    el tiempo si que sirve para los malos ratos, tambien para los buenos

    Y LUEGO ESTAN SUS RELATOS,PARA HACERNOS PENSAR

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Apicultora, te imagino leyendo y escribiendo comentarios...
      Te imagino pensando en el pasado, en el tiempo: entristeciéndote... y rápidamente sonriendo por los buenos ratos vividos.
      Porque el tiempo no cura, pero reorganiza.
      La mente es sabia. Una mente sana trabaja para la supervivencia, por la felicidad. Y creo que tu mente es muy "sabia": se agarra a los momentos felices, a todo lo bueno que tienes en la vida, a tu gente, tu familia...
      (¡Qué suerte tienes! La misma de ellos por tenerte a tí.)

      Eliminar