Napoleón es nuestro perro, bueno es el perro del guardés, pero está todo el día alrededor de la charca.
Ahora, Napoleón está triste porque nadie quiere jugar con él. Los mayores se esconden en cuanto lo ven. Los mayores solo juegan al escondite, y el pobre Napoleón tiene que ir a buscarlos de uno en uno. ¡Eso aburre a cualquiera!
Cuando la Juana estaba aquí, era distinto. A la Juana le gustaba cantar con él. Ella croaba y Napoleón venía enseguida a ladrar a su lado. Saltaban y corrían juntos alrededor de la charca…
Pero la Juana se ha ido a La Gloria. Y papá dice que de La Gloria no se puede estar yendo y viniendo. Será que aunque es una charca muy grande y llena de insectos, está muy lejos... Por eso nadie vuelve.
Cuando sea mayor quiero croar como la Juana y jugar con Napoleón entre los juncos y sus patas. Aunque a papá no le gusta que se juegue con ningún mamífero. Se pone muy serio y tartamudea. ¡Eso es mala señal! “Napopoleón ladradraba a lala Juana, como antes ladradraba al Olegario… ¡Que en Gloria estén!. ¡Ni se te ocucurra croar con ese chucho!”
Por eso quiero ser mayor, para poder cantar con quien yo quiera, como hacía la Juana antes de irse a La Gloria… Además cuando sea grande seré verde como mamá y saltaré tan alto como papá. ¡No me gusta que me llamen “renacuajo”!
Petra Acero (28/02/2013)
Hoy, en La charca de las ranas, Puck ha publicado este relato de un renacuajo que quiere ser grande para que no le llamen "renacuajo", pero es un renacuajo, y como todos los renacuajos está... lleno de inocencia.
Muchas gracias, Puck. Saltando en tu charca, seguro que el pequeño protagonista de esta historia se siente en la Gloria!!!
En la Gloria está seguro...
ResponderEliminarUn relato fresco y divertido. Imaginación y sentido del humor nunca faltan en tus relatos, Petra.
Un abrazo.
Es muy imaginativo, desenfadado y lleno de ternura. Me ha gustado mucho ese renacuajo.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Seguro¡¡ besos.
ResponderEliminarImaginativo relato, con ternura.
Se encamina hacia La Gloria el renacuajo. Nos cuesta aprender de nuestros mayores.
ResponderEliminarGracias Petra. Un beso
¡Cuanta ternura en este relato, Petra!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo,
Tierno, humano...viva la infancia.
ResponderEliminarUn beso.
Me pierden estos relatos de animales, preciosa la historia.
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso Amparo, tiene ese sabor infantil con la frescura de un cuanto para niños. esa historia de la rana es muy tierna.
ResponderEliminarMe haz dejado un muy buen sabor al leerte.
Un abrazo a los saltos cuidando de no salpicarte.
Luis
Sabéis qué??
ResponderEliminar¡Que yo sí que me siento en La Gloria en vuestra compañía!
Muchas, muchas gracias a todos por venir hasta aquí (vuestra casa), y dejar un mensaje. Que todos andamos muy pillados de tiempoooo.
Besoooos
Imaginación al poder ¡Petra!. ¿A que es un gusto chapotear en la charca? ...yo creo que lo hice un par de veces y me sentí como ¡niña-rana en agua!.
ResponderEliminarEs tierno y con ese toque de humor que no te falta.
Besos grandes.
Amparo me ha gustado mucho, nos deslizas con suavidad a través de esos deseos llenos de ternura.
ResponderEliminarMuchos besos.
Qué gran dulzura me han provocado estas palabras... Tiene algo de acogedor y de difícil. Pero al fin y al cabo tiene la magia de lo humano.
ResponderEliminarBesootes!
Tú eres una rana?
ResponderEliminarSi?
La Rana Petra?
:)
Besos.
Precioso cuento, lleno de imaginación. Besos, Petrita. Ana U.
ResponderEliminarBesitooos, Ana. Que a ti no puedo visitarte a tu blog!!!
EliminarGracias, muchas gracias por venir (a tu casa).
Estupendo blog.
ResponderEliminarVengo a darte la enhorabuena por tu excelente micro en "didibujos". Fue uno de mis favoritos.
Saludos.
Muchas gracias, Volarela.
EliminarVoy a verte rápidamente.
Un abrazo.
Ay! ¡qué bonito este cuento! ¡se lo pasaré a mi hijo y seguro que sonríe, porque este estilo con voces inocentes le encantan! (igual que a mí) (¿será que somos renacuajos?)
ResponderEliminarBesos Petra y me alegro de que navegues en la charca con letras tan preciosas.