“Nuestra tierra linda con el mar Cantábrico y la cordillera Cantábrica… ¿Sabéis qué nombre recibe nuestra Comunidad Autónoma?”. El griterío estalla casi unánime: “¡¡Can-ta-bri-aaa!!”. Casi toda la clase ríe; casi todos los alumnos aplauden; casi todas las boquitas desdentadas quieren saber más; casi todos los brazos, levantados, piden hablar…, excepto Naroba.
Naroba conoce muy bien las lindes de su tierruca, el nombre de cada vaca,
la altura del abedul plateado, la alegría y el llanto del robledal: verdoso o anaranjado, duro y soñador, pero siempre vivo —como le gusta repetir al abuelo—; ese bosque que abraza al prado, a la cabaña, a la vieja encina y a los leprosos eucaliptos… Naroba sabe asar bellotas entre las ascuas, elegir las mejores hojas de la rama de laurel que se orea junto a la alacena, escanciar la sidra sin salpicarse apenas sus albarcas nuevas. Naroba sabe ordeñar y mezclar el cuajo para hacer el queso más grande del mundo…
Lo que Naroba no sabe es qué será de la Lusa, la Mansa, la Anjana, la Pasiega y la Sirenuca cuando el abuelo marche a la residencia. Por eso, Naroba levanta el brazo y pregunta por el futuro de sus vacas…
Este relato ha resultado seleccionado en el Certamen de Relato Breve
"A QUÉ SABE CANTABRIA", con motivo del homenaje a los productos agroalimentarios en el XXXIII Aniversario del Estatuto de Autonomía Cántabra. En este enlace podéis leer y descargaos el libro conmemorativo.
Amparo Martínez Alonso (27/01/2015)
Cómo me ha gustado tu homenaje a esa bella tierra. Y ese final, tu especialidad, me ha dejado boquiabierta.
ResponderEliminarUN BESOTE GRANDE Amparo.
Muchas gracias, Rosy.
EliminarCómo me conoces!!!
Me gustan los finales "diferentes" :)
Un besoooo para ti
Enhorabuena, Petra.
ResponderEliminarEs un texto bonito, lleno de optimismo. Los relatos seleccionados que he leído hasta saben dar el tono. E incitar a visitar la tierra.
Un abrazo
Hola, Mei.
EliminarQué bueno lo que dices referente a que los micros incitan a conocer la tierra "cantada". Esa es buena señal, claro que sí.
Un abrazoooo
Muchas gracias por pasarte, Mei.
Muchas felicidades Amparo. Es muy bonito y visual tu relato, merecido ese premio.Enhorabuena.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hola, Nani.
EliminarMuchas gracias.
La verdad es que se han creado unos relatos llenos de vida y originalidad, para muestra, el ganador :)
Un abrazo grande
Petra acero muy bonito texto, muy apropiado, tierno, lleno de raíces y con un ritmo estupendo, me gusta mucho y feliz libro.
ResponderEliminarHola Petra, soy un nuevo bloggero y me gusta escribir relatos. Tienes un blog muy interesante, y este relato de Cantabria es muy bonito, me quedo como seguidor.
ResponderEliminarUn saludo
Felicidades, Petra, por estar en ese libro cántabro. Tu relato es triste y nos habla de lo que se pierde con las ausencias. Has descrito muy bien el escenario. Un abrazo.
ResponderEliminarFelicitaciones maestra, tu relato tiene un sabor muy especial que nos cuenta la belleza del paisaje, pero el final nos golpea. ¡Que bien manejas los sentimientos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias a todos.
ResponderEliminarResultó un ejercio muy agradable situarse en esa tierra, caminar en la memoria de sus prados, su luz, su vegetación, su costa y sus gentes, y ¡dejarse llevar!...
Sendero del Agua: y sabes que has sido el relato con más votos de lectores: 608, y el tercero mejor valorado por ellos???
ResponderEliminarCopio el comentario de facebook de Juan Morán (nuestro JAMS), persona clave para el buen desarrollo de este Certamen. ¡Porque me han llenado de alegríaaa!
Hola Petra, me ha encantado tu relato, no me ha parecido triste sino muy tierno y muy bien manejado en su desarrollo y final. Un placer leerlo.
ResponderEliminarAbrazos
Felicidades Amparo. Naroba nos deja un vacío y una ternura inquietantes..
ResponderEliminarQuerida Amparo, muy bueno tu relato y tu reflexión.
ResponderEliminarSin duda siempre habrá quien cuide las vacas. Ya mucha gente con formación regresa al campo. Desde luego no se es más felíz trabajando ocho horas en una fábrica para comer, vestir, pagar la hipoteca y vivir en esa jaula-piso en la ciudad.
Antonio, bicos.
Qué alegría tenerte por aquí!!!
EliminarEl contacto con la naturaleza, incomprensiblemente, humaniza más que el contacto con tanta "humanidad" de las grandes ciudades. Contradicciones etimológicas, por llamarlo de alguna manera.
Un abrazoooo