La pilló por sorpresa. Algo tan anunciado, y la pilló por sorpresa.
Se levantó temprano, como cualquier otro día. Desayunó como cualquier otro día. No se sintió rara. Después de ducharse y ponerse los vaqueros verde aceituna o verde kiwi, ¡qué más da!, cogió uno de sus tres jerséis negros de cuello alto, se recogió el pelo, mañana se lo dejaría suelto, hoy no, hoy tenía que terminar de montar la maqueta para la presentación. Sacó el coche del garaje, y no entendió lo que pasaba. ¡Malditos mayas! Ella no creía en esos rollos. Había pasado la semana riéndose de aquella amenaza milenaria. En el trabajo, en la cafetería, por internet,… hasta su madre le había preguntado si era el 20 o el 21. ¡Supersticiones¡ Entonces, por qué el cielo no era el de todos los días. Estaba bajo, rojo, denso. ¡Pesaba! Condujo despacio. Le costaba respirar. Las farolas, como globos a medio inflar, goteaban luz irreal, de película mala de ciencia ficción: un montaje de bajo coste. Aquella niebla viscosa, de terciopelo trasnochado, le recordó las bolsas de transfusiones de su padre. Abrió más los ojos. Se soltó el pelo mecánicamente: ¡mañana, mañana!... Avanzó sin querer. Miró al frente, a la derecha, a la izquierda, por el retrovisor. ¿Es que solo estaba ella?, ¿y los lentos, los atascos, los bocinazos de cada día,… los pesados, los locos al volante, los taxistas?... De repente una gabardina floja cruzó por el paso de cebra. Frenó contenta. Tampoco pitó cuando el tipo le arrojó el cigarrillo, todavía encendido, sobre el capó del coche. Siguió parada mientras lo miraba alejarse, arrastrando sus botas de agua por las bandas blancas, con desgana; incluso sonrió cuando él le echó un último vistazo, mal encarado, antes de subirse el cuello de su gabardina... ¡No estaba sola!
Petra Acero (21/12/2012)
Un cuento antes del fin del mundo.
Pincha en la foto para leer los 69 cuentos.
En el blog de Acuática: "No me vengas con historias"
Lanzado a las 23h.
ResponderEliminarAquí seguimos!!!
¡A leer! Voy a buscar vuestros cuentos de un día como otro cualquiera :) :)
!!Precioso relato¡¡
ResponderEliminarLa vida esta esta llena de hermosos cuentos como este.No sé que haríamos sin ellos.
Saludos. Un abrazo.
Gracias, Amapola. No puede acabar el mundo así como así, sería tan injusto.
EliminarUn besazooo
No estaba sola ¡pues menos mal! Petra. Bonito cuento para acabar el mundo.
ResponderEliminarUn besote Petra.
Gracias, Laura. Cuando deseas, necesitas comprobar que no estás sola en el mundo, entonces no somos tan exigentes... La prota se alegra solo por saber que hay otra persona, otro ser humano además de ella (aunque ayer ni le hubiera mirado a la cara...)
EliminarLas personas nos amoldamos a las situaciones de supervivencia.
Besitoooos
Muy esperanzador, Petra! Sobrevivir solos no tiene gracia. Me encantó!
ResponderEliminarBeso grande!
Una cosa es segura, estamos tu y yo, y al parecer por los comentarios hay más...
ResponderEliminarUn abrazo
Este es un comentario automático. Stop
ResponderEliminarSeguramente esté aplastado como una cucaracha por el impacto de algún meteorito. Stop.
Tal vez en el fondo del nuevo mar. Stop.
Un beso desde el nuevo mundo. Stop.
Este ha estado bien.
ResponderEliminarVas mejorando mucho.
Besos.
Petra, dada las circunstancias que les acarrean podrían sonreirse al menos, que las bajas puede que los hayan dejado como la esperanza de la raza humana. Es de admirar el aplomo de la protagonista que asume ese final del mundo con mucha tranquilidad, yendo al trabajo.
ResponderEliminarFelices fiestas, un beso.
Muy bueno, Petra. Y no, no se acabó este cuento que es la vida, toca subirse el cuello de la gabardina y tirar para adelante.
ResponderEliminarTe mando mis mejores deseos para estas fiestas.
Un fuerte abrazo, pásalo bien!!
Según me contó una amiga, la debacle estaba prevista para las once de la mañana hora española. Tras un pequeño margen, hemos vuelto a nuestra rutina a las once y diez con cierta desilusión. Esta tarde tendré que salir a comprar el marisco para la cena de Navidad.
ResponderEliminarNo estás sola Petra, estamos aquí contigo. Gracias por el relato.
Besos
Petra de acero
ResponderEliminarque llegue el fin del mundo no creo
la vida es como tú , firme y resistente
porque hoy te digo amiga
que lo más importante fué conocerte
feliz navidad !
Original forma de enfrentarse a los hechos. No me puedo creer que exista esa indiferencia. Bueno, has cumplido. Y de sobra. FELIZ NAVIDAD!!!
ResponderEliminarEso es, la soledad seguirá siendo el peor aliado aquí y en cualquier otro mundo. Original propuesta la tuya Amparo. Felicidades por recordárnoslo.
ResponderEliminarUn beso, desde el mundo de siempre.
Petra, precioso relato. Y muy acorde con el tema acuático, eso del paso del tipo, mal encarado, con las botas de agua que arrastraba por las bandas blancas... personaje y situación de película.
ResponderEliminarMuy bonito.
Petra, te he dejado comentario en "Doble transparencias".
Con mis mejores deseos... Ana U.
Me encanta ese final. No siempre vale más estar solo que en compañía, aunque no sea muy buena
ResponderEliminarSaludillos y Feliz Navidad
El instinto de supervivencia es innato con el ser humano y tu lo has descrito muy bien, buena aportación, amiga.
ResponderEliminarBesicos
Al menos no está sola. Qué bien escribes, me gustan mucho los detalles con que adornas la historia.
ResponderEliminarUn abrazo, Petra.
No. no está sola aunque no sé si sería mejor estarlo.
ResponderEliminarMe ha gustado este fin del mundo tan particular.
Un abrazo y disculpa la tardanza en responder. Andaba de presentación de novela.
Jajaja, ¡menudo consuelo!
ResponderEliminarGracias Petra Acero por haber participado ;)
Sobrevivir al fin del mundo no es lo mejor, o mejor es no ser el único superviviente.
ResponderEliminarMuy bueno, Petra.
Besos.
amparo:
ResponderEliminarMuy buen cuento, que viene a contradecir aquello de que "más vale solo, que mal acompañado".
A no desesperar, que "los enfermitos de siempre" ya hallarán otra historia espeluznante en alguna profecía de los bosquimanos o de los esquimales y podrán alimentar la paranoia del fin del mundo que aqueja a millones.
El peligro más real que acecha al mundo es el de la depredación humana del medio ambiente. De eso debemos cuidarnos.
Es mi deseo que no estés sola, sino acompañada por tu familia y tus afectos más cercanos, en las celebraciones de estas Fiestas que están por llegar.
Un beso y un gran abrazo.
uffff menos mal que no pasará nada, no? Bien, bien
ResponderEliminarun salu
Je, somos los sobrevivientes... Me ha gustado mucho el clima que le has dado a tu historia.
ResponderEliminarFelicidades :-)
Siempre me han dado miedo esas imágenes de las calles vacías, donde el silencio pesa. Por eso he compartido el alivio de tu protagonista al ver que no estaba sola, aunque, de un plumazo y con la descripción de un simple gesto, has provocado que terminara la lectura con cierta desazón.
ResponderEliminarMe ha encantado compartir contigo un fin del mundo de ficción.
Un beso