Me quedé mirando a sus ojos mientras le meaba. Asomaban rabiosos entre trasquilones repeinaos de niño rico.
Águs había sido un chaval normal hasta que murió su padre. Recuerdo que vivía al final de mi calle, junto a los huertos, en una chabola sin humo en la chimenea, sin cartones en las ventanas ni chucho a la puerta… Hasta ese mal día en el que su tío, por parte de madre o de padre o vaya usté a saber por parte de quién, vino a desbaratarlo todo.
Llegó con su carromato a reventar, renqueando entre la polvareda: inflando envidias.
Decían que vivía de noche, que no era de buena calaña. Decían que acabaría mal, que no era de fiar. Decían y decían a sus espaldas… (soniquete de afilador que nunca termina de llegar), pero todos le rondaban como gatos lameculos recogiendo migajas.
Águs cambió de ropa, de gesto y de amigos. Creció para andar a la par que su tío, vociferó para alargar su eco, fumó para imitar su aliento… Quizás la envidia acelere mi lengua, pero nunca enturbió mi olfato.
Ayer me echó de su puerta a puntapiés blancos. Nos miramos… Levante mi pata y salpiqué sus zapatillas nuevas. Agustín, sin parpadear, ¡silbó! Una bestia de colmillos relucientes me obligó a correr. En el basurero me escabullí, dejándole con su mordisco por estrenar... Babeando de alegría comprendí que la suerte seguía en mi barrio.
Este es mi soplo para el Vendaval de Microrrelatos 2013 , que está teniendo lugar hoy, ahora... en toda la blogosfera terrícola!!
Los desplazamientyos y la conveniencia. MUy buen micro Amparo.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Amparo:
ResponderEliminarMuy buen relato, donde los personajes no son lo que podríamos catalogar de buen ejemplo.
No se equivoca mucho el perro, al tratar al otro como su par.
Un gran abrazo.
Genial como siempre, con una sonrisa al final. felicidades
ResponderEliminarPetra, un microrrelato transformado en fabula que da que pensar y que sin duda nos muestra que los peligros están ahí fuera.
ResponderEliminarBuen soplo.
Besos.
Me gustó, dices mucho con este relato.
ResponderEliminarAyer no pude leerlo en el vendaval, pero quería comentártelo aquí.
Un beso.
HD
Muy bueno Amparo, excelente soplo que contribuye a hacer más cálido el vendaval.
ResponderEliminarMe han gustado especialmente esas "envidias infladas".
Besos.
COMO SIEMPRE TUS RELATOS HACEN PENSAR
ResponderEliminarSIGUE ASI ,QUE YO TE SEGUIRE
Buen relato Petra, de esos que dejan poso al leerlo. Creo que hemos coincidido en algún que otro blog comentando textos de compañeros bloggers y me apetecia hacerte una visita y leer tus letras.
ResponderEliminarComo me ha gustado lo que he leido, con tu permiso me quedo por aquí para seguir disfrutando de ellas.
Un saludo.
Sólido y compacto, como anuncias en tu blog. Me quedo a husmear con tu permiso.
ResponderEliminarUn saludo
Juan M.
A golpes de suerte parecería que vivimos, buenos, malos... Para aprovecharlos o no hay que prepararse desde bien temprano.
ResponderEliminarGracias por el relato Petra. Un beso
Viento bueno ha traído vuestros microrrelatos. Yo solo lo vi pasar.
ResponderEliminarUn beso.