Cada vez me duele más la espalda. Hoy cumplo cuarenta y tres años. ¿Sabes qué día es hoy, cariño? Rafa se ha dado la vuelta y ha seguido durmiendo. Ayer también me mareé al levantarme. La sombra cuadrada del cartel “Vende Particular”, que colgué el otro día en el balcón, me recuerda que tengo que conseguir cajas para la mudanza... Desde lo del vestido de la niña, los escaparates se me han vuelto opacos como los táper de la oficina. Elenita hace la comunión este fin de semana. A Rafa se le termina el paro al mes que viene... El jefe de planta quiere hablar con nosotras. ¡A ver qué tripa se le ha roto ahora!… El jueves me gustaría ir a la peluquería. ¿Desde cuándo no piso una peluquería?... Desde que se casó la hermana de Rafa. Entonces me corté y me di mechas: ¡un dineral! Y el viernes al súper (en el estado en que está Rafa, no se puede contar con él para nada)… ¡Cada vez que me pongo el sujetador me roza el bulto del pecho!… Mañana mismo pido hora para el ginecólogo....Bueno, después de la comunión de la niña. O a la semana que viene... ¡Ahora no está la cosa como para ir pidiendo permiso en el trabajo!… ¡Tampoco es un dolor tan fuerte!
Amparo Martínez Alonso (16/05/2013)
En La colina naranja, hoy, más relatos indignados de la 3ª jornada de la Primavera de microrrelatos indignados 2013. Porque mucha gente lo está pasando mal, muy mal.
Una historia que cada vez se repite más...
ResponderEliminarBesos indignados desde el aire
Buenos días Petra !! Con mi barco de papel he puesto rumbo a este tu blog personal, tras visitar "La colina naranja" de Miguel Torrija, hoy la indignación se propaga por todos los blogs aportando nuestro granito de arena... También participo desde mi blog principal "Barcos de papel", con el micro "Al borde del abismo".
ResponderEliminarTu micro muestra una realidad muy cotidiana, en estos últimos tiempos, algo que no debería suceder...
Aprovecho también para felicitarte por tu ilustración en "Esta noche te cuento", de la princesa triste.
Con tu permiso, te sigo.
Abrazos de azul mar :)
Así nos va, dejando de lado lo realmente importante....
ResponderEliminarMe gustó Petra.
Un abrazo
Poner la salud por detrás de otras cosas, a eso hemos llegado.
ResponderEliminarNo parece el pais en el que nací.
No es tan raro lo que cuentas no, hoy el que tiene trabajo no se puede permitir enfermar y el que no lo tiene no quire ni ver la vida que hay alrededor.
ResponderEliminarQué situación más dura Petra. Un abrazo.
Es terrible, pero es así, como lo cuentas.
ResponderEliminarUn abrazo indignado, Amparo.
Tengo un escalofrío bajando por la espalda, que aún no ha encontrado por donde salir Amparo. Si la literatura persigue conmover, esto es literatura.
ResponderEliminarUn abrazo desde el alambre.
Petra, las desgracias nunca vienen solas y parece que se ceban en las casas de los más desgraciados. Ese final apunta a otra historia muy triste, y no es la depresión del marido que luce.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy cierto, las desgracias vienen una tras otra, aunque dice el dicho que hay bebés que traen su torta bajo el brazo: ojalá sea una torta gigante.
ResponderEliminarSaludos.
Has reflejado una cruda realidad. Los que no tienen trabajo porque lo único que pueden hacer es sobrevivir cada vez en circunstancias más precarias, y los afortunados que si lo tenemos, porque nos han dejado tan temblando el salario con las rebajas salariales para evitar los despidos, que también nos vemos obligados a recortar en salud como puede ser dejar de ir al dentista, pese a saber que lo necesitas con urgencia o evitar cambiar de gafas cuando sabes que estás perdiendo vista muy rápido. Eso si, todavía te consuelas porque tienes trabajo y aún puedes pagar la hipoteca. Enhorabuena por tu relato indignado, al menos que no nos quiten las palabras. Gloría Arcos
ResponderEliminarCrudo retrato de una realidad que se va extendiendo, ¿hasta cuándo? Esperemos que no dure demasiado porque es muy triste presenciar cómo se van perdiendo cosas que considerábamos normales.
ResponderEliminarAbrazo indignado.
Hola, Petra.
ResponderEliminarOtro bofetón de indignación.
Gran micro que dibuja la cruel realidad.
Un beso muy grande, guapa.
Uy, que mal cuerpo se me ha quedado. Creo que has consiguido lo que se persigue en esta convocatoria, provocarnos con la dura realidad y dar salida a tantas historias cotidianas.
ResponderEliminarFelicidades.
Qué cruel es la realidad...
ResponderEliminarEl ritmo trepidante con que lo cuentas hace que te quedes sin respirar hasta llegar al final
Muy indignada me quedo
Besicos desde mi alambrada.
Dejando de hacer cosas...pero no dejemos de vivir.
ResponderEliminarUn beso.
Jopelines Amparo. Eso mismo le pasó a una amiga, dejó el bulto para después de la comunión de su hija y vivió solo un par de años más y en muy malas condiciones. Me has puesto los pelos como escarpias, por la realidad que pintas y la casualidad del tema que tratas. Triste realidad, muy triste.
ResponderEliminarBesicosw muchos.
Uf, qué desgarrador. Es terrible la actualidad, no conozco este país. Buen relato, Petra. Me has conmovido
ResponderEliminarLa narración es muy buena. Pero es tan real que asusta aunque lo veamos cotidiano. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy duro relato amiga, la triste realidad que nos circunda.
ResponderEliminarAquí en Argentina la cosa no es mejor aunque el gobierno lo oculte.
Un abrazo