Todo ardía a su alrededor. ¡Era tan hermoso! Vio a su padre sonriéndole; a su madre con Bea de la mano, esperándolo a la salida del colegio; vio a Bea vestida de blanco con sus alas de espumillón, como un ángel de verdad; estaba el grupo de la universidad y sus dos ex-novias y aquel loco que gobernaba, sacando de su corbata palomas negras que se convertían en globos y explotaban muy cerca…; vio gruñir a Platón, el san bernardo de su abuelo, y abrir los brazos a su abuela, llorando, abrazando las llamas. No quería que sufrieran. Se acercó. Todavía temblaba. Se frotó las manos, le dolían, empezaba a sentirlas. Vio su casa llena de luz. Todos estaban dentro, mirándole, como si estuvieran vivos. Se acercó un poco más. ¡Hacía tanto frío! Recordó dulces, cuentos, risas… ¡Era el último depósito de gasolina! Sonrió... como aquella cerillera.
Es claramente made in Amparo. Para leerlo dos veces
ResponderEliminarInma, un final de cuento,... aunque la trama esa otra.
EliminarBesosss
Vaya drama amiga, calentito sobre todo, ¿que le pasaba a tu amigo? ¿quería reunirse con sus afectos? muy buen micro.
ResponderEliminarYo prefiero el calor de las oveja, ja ja.
Un abrazo.
Pues sí Moli, quería reunirse con sus afectos, volver a su antigua vida, con su gente. Por eso se acercaba más y más a la hoguera, era su último depósito de gasolina: su última oportunidad de sentirse acompañado.
EliminarLo de tus ovejas era mucho más amoroso, y el personaje no estaba desquiciado, estaba enamorado o...
Besos, compañero
¿De cuento? Será de terror, ¿no?
ResponderEliminarYo tengo miedo... en estos momentos están haciendo un concurso de paellas debajo de mi casa y me llega el reflejo de muchas hogueras. He cerrado todo después de leer tu micro, y he llenado la bañera de agua...
Buena narración, Petra.
Un beso
Totalmente de terror, de lástima por el personaje, por la situación crítica: creer que en la hoguera está su solución (aunque no sea por un concurso de paellas :-)
EliminarTú, si lo ves "crudo": ¡ a la bañera!
Un beso, Fran.
Tal como apunta Inma, Petra, este micro está barnizado de tu registro literario. Tensión sostenida desde la primera frase, un movimiento del péndulo narrativo que va in crescendo hacia el final.
ResponderEliminarImpecable factura.
Un abrazo,
Entiendo perfectamente el drama y la salud mental del protagonista, pero después de tres lecturas no soy capaz de saber si muere él o quema a la familia. Entiendo que el desfile de personajes de la primera parte ocurre en su mente, pero en la segunda parte me falta alguna pista. A estas horas estoy un poco espesa, no es la primera vez que me pasa, que todo el mundo lo entiende menos yo.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues lo entiendes perfectamente, Nieves. Está desquiciado (por los recuerdos, por el dolor) y ve reflejada en las llamas toda su vida anterior, antes de las explosiones (y a aquel loco gobernante que las originó). Como la cerillera, no quiere que se apague el fuego... y se va acercando cada vez más al coche ardiendo: su último depósito de gasolina.
EliminarUn abrazooo
Menudo estallido de sensaciones, y de contrastes y de buen hacer. Podría seguir hasta mañana con los y de, pero prefiero terminar diciéndote que me ha sido un espeluznante placer leer tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Paloma. Tiene mucho de locura. De imaginar y recordar. Pero sobre todo de maldecir tantas muertes por aquel "gobernante" loco, cuyas bombas negras explotaron tan cerca...
EliminarMuchas gracias.
Un beso
Petra, es un vaivén de sentimientos tu relato, que solo puedo decirte que te admiro por esa capacidad. Mantienes la tensión hasta el final con una gran resolución.
ResponderEliminarAbrazos.
Como señalas, Nicolás, es un vaivén, un desgranar de imágenes recordadas, vividas. Es un ir y venir de una mente herida, enferma de dolor y rabia. Es no querer que se apague la hoguera donde se refleja su vida, cuando todos estaban vivos,... hasta el loco gobernante.
EliminarUn beso grande.
Petra un relato ideal como para una película de terror y con esos finales que te sorprenden...
ResponderEliminarun abrazo amiga
Hola, Meryross.
EliminarUna alegría tenerte aquí.
¿Se meterá a la hoguera junto a los espectros familiares?
¿No quedan mas supervivientes tras las explosiones?
¡Maldito gobernante!...
Besosss
Quinta lectura y sigo sin entender nada.
ResponderEliminarDebe ser culpa mía.
Perdona.
Aunque lo cierto es que sólo me ocurre en este blog.
Torooo, van a pensar que necesitas 5 vistazos para una bufada de las tuyas...
EliminarPero qué mala leche que tienes... menos mal que no eres una vaca.
Beeesooooss!!!!
:P
Eliminar...Por lo de la "mala leche" (vaca/leche). Pero que a ti no te afecta porque eres un Toro Salvaje y Bravo y grande y terrible y...
Eliminary...?
Eliminary.....?
y.......?
Ahora me he quedado en un sinvivir...
Petra:
ResponderEliminarMuy buena historia aunque triste, como el cuento de Andersen...
Aunque en este caso haya sido una imprudencia y no el frío atroz lo que encendió el fósforo.
Como trabajé con gas en gasoductos, he tenido que estar muchas veces en una atmósfera explosiva, donde cualquier chispa podía costar la vida.
Un gran abrazo.
¡Como el cuento de Andersen!
EliminarEl fuego purificador, el fuego aniquilador. El fuego para calentarse y revivir escenas felices. El fuego de explosiones meditadas, encargadas por mentes a las que no les importan las terribles consecuencias (locos hay en todas las partes, hasta en puestos de mando).
Un beso de cuento, pero con final feliz, para ti.
Es como que concretando no acabases de concretar, y por eso hay lectores que entienden o que no entienden, también hay que tener en cuenta que hay gente que no necesita entender y que simplemente se deja llevar por la tempestad que planteas. Yo, ahora, en este caso, creo que soy de estos últimos.
ResponderEliminarLuisa, a veces la mente no concretiza. El dolor, la locura amalgama imágenes. Como tú bien dices, el estado de ánimo dibuja o desdibuja. El devenir de la mente desordena, incluso ve donde no hay; donde solo hay llamas.
EliminarUn besoooo... concreto y bien dibujado.
Glup, toda una vida en llamas. Esa sonrisa doble final me ha impactado. Y tu forma de narrar, me ha gustado. Nunca es malo abrazarse al calor, si es humano.
ResponderEliminarUn beso.
Así es: ¡toda una vida en llamas! Y mientras está tan solo...
EliminarGracias por tu comentario, C.D.G.
Un besooo
Me ha gustado mucho Petra, hasta he olido ese bidón de gasolina... espero que no me salpique.
ResponderEliminarBesos
Hola, Garbancito.
EliminarMe alegra que te haya gustado. No temas, ya se están apagando :-)
Besoss
Me ha pasado como algunos, lo leí ayer varias veces y no terminaba de entenderlo, hoy vuelvo y me sigo haciendo lío. Perdona. Pero eso no quita para que disfrute de tus palabras.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Seguro que es demasiado críptico. Él solo quiere ver a su familia, a sus amigos dibujados en las llamas. Como dice C.D.G. ver toda su vida en las llamas. Incluso a ese gobernante loco que ordenó las explosiones en las que todos murieron (los globos negros que explotaban tan cerca...). Pensaba que la situación era sencilla al utilizar la imagen de la cerillera (de Andersen, como señala Arturo). Pero todo culpa mía.
EliminarMuchas gracias por venir y comentar, Rosa.
Un beso grande.
Qué maravilla, Petra. El fuego purificador, el fuego que une (jesús, perezco un pirómano). Me encanta, y por encima de todo, el final, esa sonrisa de cuento.
ResponderEliminarUn abrazo, Petri.
Me alegra que te guste, Miguelángel.
EliminarNo te imagino como un pirómano, sí como un perfecto narrador de un personaje pirómano... :-)
Un besazooo
Me llegó el calorcito...aunque sea terrible.
ResponderEliminarBesos
Virgi, qué gusto tenerte aquí. Me estás acostumbrando a tu compañía :-)
EliminarUn besoooo
Genial relato...muy bien llevado. Pobre, desgraciado y solitario protagonista. Con tal de no estar solo...la última frase de la cerillera, me parece una imagen magistralmente colocada.
ResponderEliminarFelicidades Petra!
Paloma, no sabes cómo me alegran tus palabras!!!!
EliminarTu comentario es un resumen del sentir del protagonista. ¡La soledad! Por eso quema su último depósito de gasolina, para visionar a su gente, su vida anterior dibujada entre las llamas, como hacía la cerillera en el cuento de Andersen.
Muchas gracias, Paloma.
Un beso grande.
(¡Ah! compartiremos libro, ¿no? :-)
Hola Petra, me ha gustado tu relato. Ese último bidón de gasolina es la pérdida total de la esperanza, que viene anunciada - irónicamente - por recuerdos entrañables.
ResponderEliminarGracias, un beso
Así es, Arte Pun. es usa última "cerilla" con la que contemplar lo que hubo de feliz y entrañable en su vida. Y con esa última sonrisa anuncia, que va a compartirlos para siempre (como la cerillera del cuento)... o no.
EliminarUna alegría leer tus palabras. Besos
Lo he leído dos veces sin leer tus comentarios, y llego a la conclusión de que el protagonista sufre una crisis obsesiva por el fuego y por su familia ya fallecida.
ResponderEliminarMe gusta pero le cambiaría el título ¡De cuentos incendiados! o algo así. ;)
Hace días que no venía por aquí, y veo que sigues en racha, ¡me alegra leerte tan activa! y seguro que en unos días ....nos encontramos en Una Idea Mucho ARte ¿a que sí? ... Un besazo Petra.
Como siempre, aciertas en todo. Cada vez que veo otra ilustración colgada en "Una idea, mucho arte" espero que sea ya la tuya o la de Juan Luis o Sara. Claro que nos encontraremos allí. Como decías hace poco, todas estas actividades donde nuestros nombres figuran juntos, serán bellos recuerdos al paso del tiempo. En este caso estoy deseando ver vuestros dibujos, aunque de Juanlu ya hemos tenido un bonito adelanto...
EliminarEl título, "De cuento", es la gran ironía ("La cerillera" de Andersen).
Un besooo grande, Laura.
Como algunos apuntan por ahí no es un micro sencillo, está cargado de imagenes que pueden complicar el mensaje, pero en esencia es genial y me quedo con eso.
ResponderEliminarMi enhorabuena, un placer leerte.
Gracias, Yolanda. Sí, no se explica por qué hace la fogata por el cuento de la cerillera... Pensaba que esa pista era demasiado clara para situar la acción. Seguro que me he equivacado.
EliminarUn besazooo para ti.
Lo leo, dos veces, conecto el título con el final, el cuento de la cerillera, sí, pero hasta que no me golpea aquel loco que gobernaba no lo acababa de situar, ahora creo que sí.
ResponderEliminarLeo los comentarios y ahora me quedo más tranquila, si que lo he entendido.
De toda maneras es toda una explosión de sensaciones y sentimientos, eso se nota.
Besitos