Ilustración de Mercedes Daza
Hacía frío y olía… raro, como cuando de pequeña se escondía en la despensa de la abuela. Trató de abrir los ojos. Trató de retirarse el pelo de la cara, de restregarse los parpados, pero tenía los nudillos congelados, o eran los brazos... Trató de gritar: “¡Dios mío, estoy ciega!”. Pensó en ese Dios mío misericordioso, benévolo, auxiliador; ese Dios mío del que tantas veces le hablaba la abuela… Su abuela era una mujer extraña, no se parecía a ninguna otra abuela. Su abuela predecía los relámpagos y los truenos, el nacimiento y la muerte del ganado. Su abuela curaba la tos, las picaduras de abejas y avispas, el mal de ojo… Su abuela era como “Dios”.
Nada, no veía nada. Dejó de sentir frío... Oyó voces. ¡Más supervivientes! Se acercaban. Quiso gritar: “¡A-quí… So-co-rroo… ¡Socorrooo! Estoy aquí”. Lo último que pensó, antes de dejar de pensar, fue que su abuela llevaba razón, que “Mientras hay vida, hay esperanza”... Algunos supervivientes se acercaban hambrientos.
Amparo Martínez Alonso (23/10/2014)
...EN ESA PELÍCULA DE LOS 70. Tema realmente creativo, como la ilustración de Mercedes, sobre el que deben versar los micros de octubre de ESTA NOCHE TE CUENTO. En este enlace podéis leer la gran cantidad de historias "tuneadas" que están surgiendo.
Me ha encantado,además de bien narrado... las abuelas, verdaderas joyas de sabiduría. ¡felicidades!
ResponderEliminarTe dejo un abrazo otoñal
Muchas gracias, Ángeles.
EliminarLas abuelas... Qué tendrán las abuelas que cuanto más tiempo pasa, más nos acordamos de lo que nos decían, de los ratos que pasábamos con ellas, de todo lo que sabían.
Un abrazoooo
Buf Petras tremendo el relato, me gusta cuando te pones intensa y truculenta, te ha salido un texto bien narrado y con mucho que contar. Enhorabuena. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Manuel.
EliminarHe querido resaltar ese instinto de supervivencia sentido por ambas partes: por el que se resiste a morir (la protagonista) y por el que se resiste a vivir (el caníbal). Porque lo último que se pierde es la esperanza... de vivir.
Un abrazoooo
Hola Amparo!!
ResponderEliminarveo que te has basado en la película de "Viven" ¿era Viven, verdad? ... La verdad es que has conseguido transmitir esa sensación innata al ser humano de sobreponerse a las circunstancias adversas y luchar hasta el último segundo. Lo que más me gusta es cómo introduces al personaje de la abuela y ese símbolismo que le ofreces a través de la "frase esperanzadora".
Me gusta Petra, ¡lástima que ENTC me consumiera parte de mi vida y haya tenido que dejar algunos de mis hábitos más queridos! No es un adiós a ENTC, es un hasta luego. :)
Besos para tí, que para tí sola ¡siempre tengo tiempo!
jajaja. Eres increíble, Laura (y eso que en persona aún ganas!!!).
EliminarHay que darte tantas "GRACIAS", que nos quedamos cortos.
Se te echa de menos en ENTC, pero te seguimos en actividades que no me explico cómo puedes abarcar.
Un abrazoooo grande.