Hoy, como cada mañana, Nora se repite la misma cantinela: “Tengo mucha suerte, tengo un techo donde vivir”. Entonces se levanta animada, coge su toalla y va al cuarto de baño, no se ducha ni se lava la cabeza porque hoy no es domingo. Regresa al saloncito, se viste, dobla las sábanas y la manta, recompone el sofá y entra en la cocina: tiende la toalla y desayuna sola. Coge su mochila, llena de pañuelos de papel, y guarda la bufanda rosa que Consuelo le trajo ayer para su hijita. Sonríe imaginando la cara de la niña cuando vea el regalo. Sale de la casa cerrando la puerta sin hacer ruido para no despertar al matrimonio. En la calle, camina en busca de un buen semáforo, en otro barrio más concurrido.
La señora Consuelo se levantará más tarde, a las ocho, preparará el desayuno de Eulogio, y lo aviará antes de irse a limpiar las dos casas de los martes. Regresará sobre las tres de la tarde, lo sentará y le dará la comida. Si hace bueno, abrirá el balcón para que el sol le alegre. Sabe que a él le gusta, aunque ya no diga nada.
Antes, Nora trabajaba en un supermercado y vivía en la buhardilla con su hijita. Ahora, la niña está en una casa de acogida, y ella acepta la hospitalidad del matrimonio amigo. Cuando Nora encuentre trabajo comprará una silla de ruedas para Eulogio…
¡Qué sería de Nora sin trabajo, sin casa y sin Consuelo!
La señora Consuelo se levantará más tarde, a las ocho, preparará el desayuno de Eulogio, y lo aviará antes de irse a limpiar las dos casas de los martes. Regresará sobre las tres de la tarde, lo sentará y le dará la comida. Si hace bueno, abrirá el balcón para que el sol le alegre. Sabe que a él le gusta, aunque ya no diga nada.
Antes, Nora trabajaba en un supermercado y vivía en la buhardilla con su hijita. Ahora, la niña está en una casa de acogida, y ella acepta la hospitalidad del matrimonio amigo. Cuando Nora encuentre trabajo comprará una silla de ruedas para Eulogio…
¡Qué sería de Nora sin trabajo, sin casa y sin Consuelo!
Amparo Martínez Alonso (21/03/2013)
Hoy, 21 de marzo, todos estamos un poco más indignados que ayer (esperamos que menos que mañana). Demasiada gente lo está pasando mal...
En La colina naranja, esta primavera, se vuelven a recoger más y más Microrrelatos Indignados. Este es solo mi granito de arena... naranja.
Ay que me ha dado mucha pena y también... alegría. Menos mal que hay gente buena que se ayuda, y que se ayuda tanto, con cariño y con respeto.
ResponderEliminarHas pintado unos seres humanos guapos por dentro. Te lo agradezco.
Muchos granitos de arena hacen una montaña, saludos, besos.
ResponderEliminarPetra, gracias que aún existe solidaridad y caridad humana en muchas almas, pues de lo contrario, ya se hubiese montado la mundial y con razón. No es de recibo al ahogo al que nos someten.
ResponderEliminarAbrazos.
Tristeza del día a día que retratas y alegría por la esperanza que esa solidaridad que existe entre los que nada tienen sigue ahí.
ResponderEliminarBesitos
Esa solidaridad será lo único que nos quede, Amparo, una rendija de esperanza para la resistencia.
ResponderEliminarUn abrazo espinoso desde la alambrada
Muy triste, mucho. Si hay algo que perdura ayer, hoy y mañana es la humanidad, las buenas cosas que a pesar de los pesares no nos dejan perder la esperanza.
ResponderEliminarBesicos desde mi alambrada.
Parece mentira lo que nos está ocurriendo. Lo que narras en muy frecuente en familias como la de Consuelo y Eulogio. Muy bien ese contar mostrando. No obstante, me gusta ese final esperanzador.
ResponderEliminarEsperanzador...que no pare eso, la esperanza.
ResponderEliminarUn beso.
Y mira que a mí no me termina de consolar esto... la niña en una casa de acogida, uf, demasiado. Todo por vivir.
ResponderEliminarUn abrazo
Me produce tristeza infinita, por mucho Consuelo y solidaridad que exista... la separación madre-hija, me sigue pareciendo anti-natura.
ResponderEliminarYa ...que es por la protección de los niños y todo eso....pero... como madre: me rechina acoger a la niña sin su madre.
Perfecto, como dice Ximens: mostrar y mostrar, y lo has hecho fenomenal. Besos desde mi alambrada.
Hola Petra. Para finalizar el mes de marzo, dejaré mañana una entrada programada en la que hay un regalito escondido para tí. Es simbólico pero espero que te guste. Yo te leeré estos días desde el móvil, porque haré un viaje relámpago que me tendrá muy entretenida y apartada de la red. ;)
EliminarBesos desde mis palabras.
Que tristeza...
ResponderEliminarTrabajé unos años en protección de menores y vi algún caso parecido.
Bien por Consuelo y por Nora.
Besos.
Duro Petra, aun con esperanza, es muy duro.
ResponderEliminarBesos indignados desde el aire
Si Nora se levanta con una sonrisa y una cantinela positiva, cómo no vamos a hacer lo mismo todos. Me ha gustado muchos.
ResponderEliminarsaludillos
Ante la dureza de la realidad, se abre camino la esperanza y el amor.
ResponderEliminarHermoso.
Un abrazo.
Bien contado
ResponderEliminarUn abrazo
En tiempos difíciles, quienes más ayudan y se solidarizan con sus vecinos son los mismos que lo están pasando mal, pues saben valorar el verdadero alcance de su situación. Este es el único "pro humano" a resaltar en una situación lamentable, dolorosa, extrema de necesidad, de crisis económoca, política y social por la que estamos atravesando. Donde familias con lo necesario para sobrevivir, ayudan a las que no tienen nada... Como Consuelo.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros micros, por vuestras lecturas, por hacer "algo" para que sus sufrimientos y sus vidas cotidianas, heroícas no parezcan un cuento de final triste, negro, anunciado.
Amparo M.A.
Amparo:
ResponderEliminarSituaciones como la que tan bien has descripto se dan de a millones en nuestro mundo.
En mi país hay niños con hambre, mientras que aquí se producen alimentos de exportación para no menos de cien millones de personas (dos veces y medio nuestra población).
Por su lado, el gobierno da subsidios en lugar de generar trabajo rentable, a solo título de mantener a los pobres como clientes de la dádiva oficial por siempre.
Y en cada país, las triquiñuelas son diferentes, pero el resultado es el mismo: otras Nora, Eulogio y Consuelo...
Te felicito por tu aporte a la denuncia.
Un gran abrazo.
En una situación tan dura como la que presentas, que nos abras una ventana a la esperanza es alentador. Aunque se me clava esa niña separada de su madre, en ese lugar donde duelen los sentimientos. Buen aporte Petra.
ResponderEliminarUn beso.
Triste cuadro, Petra el de estas familias, menos mal que el ayudarse unos a otros permite sobrevivir. Dura realidad la que nos ha tocado. Besos
ResponderEliminar
ResponderEliminarInvitación
Soy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
Precios aporte Amparo, triste pero esperanzador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, con un poco más de retraso del que hubiese preferido, te informo que la publicación que recopila todos los trabajos que participaron en la I Carrera Verde ya está lista. La encontrarás en Microrrelatos al por mayor y espero que te guste.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar, Luisa.
¡Qué duro, Petra! pero lo más duro es que en la sociedad del momento tu relato se convierte en una escena cotidiana.
ResponderEliminarUn abrazo,