Piedra y Acero

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Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.

9 de abril de 2012

Capa sobre capa


—¿Puedo hablar contigo? 
—¡Claro, hija, dime! 
—¿Vas a seguir pintando? 
—Andrea, puedo hablar y pintar. 
—¡Ya! Pero quiero ver tu cara, mamá. 
—Pues agáchate. 
—¡Joer, mamáaa!

—Me relaja la gama fría de las marinas… Has llegado en el momento mágico, Andrea. ¡Mira! ¡Mira..! ¿No es maravilloso? Todavía me sigue sorprendiendo: el agua transforma en aire el papel encharcado… ¡Cómo se extiende el azul! ¡Fijate, parece vivo! Avanza como…
—Sí, …como una nube por la ventana. 
—Andrea, ese tono te va a beneficiar muy poco en lo que tengas que pedirme. 
—¡Entiendo que papá no aguantara más!
—… Azul ultramar para el cielo. Cobalto y verde esmeralda para el mar. ¡Qué sensación de vértigo!... ¿Ves estos espacios secos: islotes de papel entre dos aguas? Voy a convertirlos en nubes. Recuerda, Andrea, el realismo se consigue falseando la realidad. Como la tempestad que contienen pequeñas gotas de azul pulverizado. —Sopla, dirigiendo el aerógrafo hacia el papel ligeramente inclinado—. ¡Espuma blanca, luminosa, en primer plano, desbordando la acuarela! ¿Notas su fuerza?...

—Mamá, quiero ir este finde con Chema. 
—Es una técnica difícil. La acuarela necesita rapidez. Más reflejos que el óleo. No admite rectificación: perdería su transparencia. Solo movimientos decididos, precisos… Capa sobre capa. 
—…Vamos seis. A Bea no le han puesto ningún problema. Sus padres viven en este mundo. 
—¡El tiempo corre en contra! ¡Difuminar, degradar!... Conseguir esos tonos intermedios: matices entre la luz y la sombra… antes que el papel lo absorba.
—¡Siempre haces lo mismo! ¡No me escuchas! ¡No contestas! Ya no hay medias tintas, mami: papá no está aquí… ¡Mírate! Eres enérgica y segura… con tus acuarelas, mamá. A mí, ni me miras…

La madre coge el paño de hilo que tiene sobre su regazo, seca con suavidad, casi con mimo el pincel de pelo de marta, y lo apoya sobre la nube azul ultramar: apenas un roce. Como por arte de magia desaparece el sobrante de agua, y el cielo pierde intensidad. Disuelto el tono amenazador, la tormenta pasa… Eliminado el sobrante de humedad, el papel no llega a combarse. ¡Una aguada perfecta! 
—Por fin. ¡Conseguido! —Levanta la sonrisa de la acuarela terminada— ¿Andrea?

(Petra Acero. 09/04/2012)


11 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Como habéis podido leer, ayer tenía mucha prisa, pero me mola ser el primero, aunque con el nivel que hay, tal vez, no logre ser el más profundo...
      Con esos pinceles de los que nos habla Petra, vamos a tener todo arreglado "por arte de magia": ¡una pasada!
      Sean o no de pelo de marta, yo quiero uno de esos pinceles que despejan tormentas.
      Lo complicado, me imagino, será sacarles el partido deseado...

      Saludos, Petrilla

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  2. HOY ME HAS SORPRENDIDO CON TUS DOTES DE PINTORA ,PUES IMPOSIBLE QUE NO LO SEAS

    Y EL TEMA PUES NI LO HABLAMOS

    SALUDOS

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    1. Pues a la autora la llamo mami mientras permanezca como Andrea-Plat-ónico, ¿ o durante la Semana Santa expresó su introspección creativa ?

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    2. ¡Hola, multi-personalidades!
      Veo que vienes descansado y contento de estas cortas vacaciones... Eso es bueno.
      No he tenido mucha introspección esta Semana Santa, pero la creatividad la llevo siempre conmigo. Es una postura, una actitud, no es un mérito.

      Saludos, Plat-ónico.
      Me alegra tenerte de vuelta.

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  3. Apicultora, el tema, como bien dices es "incomentable". Reflejo de la falta de comunicación. A mí hasta me pone de mal humor, da rabia... Apetece hacer de mediador entre esas dos personas que hablan en monólogos. ¡Reaccionar!

    Y pienso, por lo que conozco de las técnicas pictóricas, como tú señalas, que la vida tiene mucho de acuarela,... pero también de óleo: no todo es tan transparente como los pigmentos de una acuarela. Hay personas o sucesos que nos rodean y nos marcan, pero que se pueden tapar, ocultar o repintar como el opaco óleo...
    Pinta tu vida como quieras, seguro que lo consigues. Si no lo habrás intentado, y te sentirás llena, contenta contigo misma. Pero tú ya eres optimista. ¿Qué te voy a decir a ti?

    Saludos, Apicultora.

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  4. Como dice Monte Orbea, qué bien nos vendría un pincel de esos. En realidad, creo que todos lo utilizamos más de lo debido para borrar "las tormentas" que nos dan miedo. Y con eso, lo único que conseguimos es ir añadiendo "capas".
    El comportamiento valiente sería hacer frente a esas tormentas. No pasar de la primera capa. Aunque es más difícil, seguramente produzca más satisfacciones sea cual sea el resultado.
    La actitud cobarde solo consigue parchear el problema. Luego nos costará mucho más atravesar todas las capas para llegar al centro de la tormenta. Y probablemente ya no tenga solución.
    Seguramente que debido a su apellido y a la valentía y seguridad que desprenden sus relatos, pertenezca a ese grupo de personas que zanjan las tormentas a su inicio. ¿O solo se muestra así en el aspecto profesional como la pintora del relato?

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    1. Hola, Gallinita.
      Me alegra leer filosofía, en este blog que ya es el tuyo.
      Siempre tan instructiva y profunda. Haces algo más que "arañar capas"
      Que sepas que trato de tener en cuenta tus consejos, pero de la teoría a la práctica...

      Un abrazo. No te olvides de pasarte por aquí, al menos una vez por semana.

      ¡Ah! tienes que leer el desenlace del último relato de "A doble o nada" que acabo de colgar.

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  5. Muy bien, pero me gustaria ver en la foto una pintura tuya... y exactamente la que pinta la madre (soy exigente!),jeje.
    Por cierto, quien es el tal Chema??con quien se va?jeje
    un saludo!

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  6. No me gusta: este mundo. Me encantan las medias tintas y sobretodo la acuarela. Hoy me he quedado quieto, mirando, y por eso he vuelto. Tengo el paño de hilo muy manchado y el pincel en la mano derecha sin saber en que color sumergirlo, la paleta en la izquierda y dos o tres amigos a los que entregarles mi visión, mi pintura, mi vida.
    "¿Y sabe usted, señora, por qué yo tengo la convicción de que entonces la gente era feliz? Simplemente, porque se aburría. ... Fuimos ya felices, aunque sin darnos cuenta, hace ya muchos años." (Josep Pla, "Viaje en autobús", 1942)
    Yo tampoco se quien es Chema y, lo cierto, es que no me importa lo más mínimo; pero si comprendo, por desgracia, que papá no aguantara más.
    Un suspiro húmedo y salobre dedicado a las marinas de Peñarreal, sobre mi sofá.

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    1. Mariscal, bienvenido.
      Me alegro que en su quietud haya decidido que era un buen momento para volver...
      Espero, sin ningún tipo de humildad, ser uno de esos amigos que disfruten de "su visión, su pintura, su vida".

      Gracias por "inquietarnos" con su presencia.

      Un saludo, don Melanio.

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